lunes, 20 de junio de 2011

Conclusiones

Tras 9 meses de erasmus en Hasselt, esto ya se acaba, este domingo ya partiré hacia España dejando atrás todo un año increíble. Una gran experiencia que tiene como contra que académicamente no ha sido tan satisfactoria y plena como esperaba, pero ha merecido la pena en todos los aspectos. El tiempo ha pasado volando aunque las anécdotas que contar no son pocas y de hecho me cuesta recordar algunas de ellas, pequeños momentos que pasarán a la eternidad y otros que se perderán como lágrimas en la lluvia (sí, siempre he querido utilizar esta frase y ya tengo la excusa perfecta).

Hasselt, Genk, Maastricht, Brujas, Bruselas, Diepenbeek,Villicus, Studho, Kempiche, Bosstraat, Van Gogh, De Wizjen, Universal, Versuz, Marrakech, Seven, Aldi, Carrefour, De Lijn, Vedo, KHLim, Xios, PHL, Fitlink, Carapils, Kaiser, Jupiler, Loempias y panes al horno son sólo una pequeña lista de lo que ha sido este año. Un día a día que en nada se asemeja a la rutina de la vida diaria. Un paréntesis en nuestra existencia que nos permite conocernos a nosotros mismos mientras conocemos a otros, ya sean los llamados héroes, o amorfos roba palmeras.

Paredes vacias, trastos guardados, pilas de platos y vasos que jamás volveremos a usar. Ya no bajaremos a la cocina, ni tendremos reuniones con el cono, no más conversaciones en la ducha, no iremos a la lavandería, ni usaremos el pulpo para ir a comprar, no más esperar a los que guardan la bici en el garaje, no más "tú cocinas, yo friego", no habrán gofres para desayunar ni para cuando volvamos de fiesta, ya no podremos quejarnos de pagar por mear, ni comprobar si todavía hay agua caliente, no haremos más putivueltas, ya no podremos entrar en Mordor, se acabaron los cálculos para afeitarse, se acabó Hasselt...

Si estás leyendo este blog porque el año que viene (o en unos meses) vas a venirte de erasmus, siento decirte que te has equivocado, no deberías haber leido nada. La esencia del erasmus es descubrir las cosas por tí mismo, llegar a un sitio sin saber nada y empezar a explorar junto a otros. Deja tus expectativas en casa, cualquier idea preconcevida de erasmus no te va a servir de nada, si algo se ha demostrado, es que el erasmus no le da a cada uno lo que busca, sino lo que necesita.

Esté será el último post del blog durante mi estancia aquí, si puedo durante el verano se irá actualizando recordando batallitas y anécdotas varias del año.

Nos vemos en 10 minutos.

domingo, 10 de abril de 2011

Gran Erasmus

Después de una ausencia más larga de lo esperada, de hecho parecía que no iba a volver a escribir más, he vuelto a obligarme a hacer una entrada por semana, ahora sí que sí, no como esa vez que dije que iba a volver a escribir con más asiduedad y acto seguido cerré la cuenta.

Como conté en la última entrada, recibí visita del grupo de amigos dignos de Los cinco, aunque nosotros no llevamos perro. Fui a recogerlos a Bruselas y pasamos allí el día, sólo decir que la capital belga se puede considerar una de las ciudades más sucias que he visto, y mira que yo no soy mucho de visitar capitales europeas, un día estuve en Roma y porque me equivoqué de tren, que yo quería ir a Majadahonda. La visita tenía que acabar en el Atomium pero pasamos demasiado tiempo sentados en un kebab y ya se hizo tarde, así que agarre los trastos y volví a mi amada Hasselt (posteriormente en otra visita con otro grupo de amigos lo visité, ya os contaré que han pasado muchas cosas entre tanto).

Al día siguiente tocó mañaneo para ir hasta Brujas (o Brugge como lo llaman aquí). A pesar de que se está convirtiendo en mi ciudad belga favorita, me sentí otra vez decepcionado al bajarme del tren y no encontrarme a Colin Farrell, dicen que sólo se pasa por ahí los lunes, miércoles y viernes, pero yo no me lo acabo de creer. Estuvimos calle arriba, calle abajo, hasta que se nos volvió a hacer tarde, aunque esta vez estábamos de pie en el kebab. Les enseñé Studho en un par de minutillos y acabamos jugando al trivial después de cenar. Si, ávido lector, tú también estarás pensando por qué recorrieron miles de kilómetros para acabar jugando al trivial, misterios de la vida. Sólo diré que es la edición más rara que he visto de trivial, de hecho sigo sin saber jugar bien, lo de contestar preguntas lo entiendo, pero aún no sé para que te dan unas fichas de apuestas. Total, que acabamos haciendo el paripé y a dormir que al día siguiente nos esperaba un viaje espiritual a Darjeeling (o Gelsenkirchen).



Amaneció temprano como siempre, y en un ratillo les enseñé la ciudad de Hasselt, que si aquí es donde compro, que si aquí es donde saco dinero, etc, las típicas cosas que enseñas a tus amigos en un pueblo en el que nunca pasa nada. Fuimos a recoger el coche y salimos directos para Gelsenkirchen, 2 horas y media a 160 Km/h de nada hicieron el viaje muy ligero. Allí nos pasamos por el hotel de concentración del Valencia C.F. pero no había nadie a la vista, salvo Cañizares que se puso pesado para que nos hiciésemos una foto con él, al final aprovechamos la mínima oportunidad y le dimos esquinazo. Finalmente llegamos al estadio del Schalke 04, el Veltins Arena, decir que es un estadio impresionante, nada que envidiarle a los muros de ladrillo caravista de Mestalla. Esperaba más gente en los alrededores, un ambiente más emocionante que debería rodear a un partido de Champions que resolvía la eliminatoría y que estaba relativamente abierta en aquel entonces, por mis palabras parece que no hubiese nadie por ahí, todo lo contrario, pero yo ya me había montado mi película como es habitual.



Todos ya sabemos como acabó el partido, fue una pena que no saliesen las cosas bien para el valencianismo, pero por lo menos la experiencia fue inovlidable. El himno de la Champions, los jugadores saltando al campo, el campo entero saltando, ver a 60.000 personas cantando al unísono realmente pone los pelos de punta.
El partido acabó y alicaidos nos fuimos a cenar a un Burguer King, sorpresa! resulta que en Alemania los Burguer King también tienen hamburguesas a un euro. Lo malo es que cuando vuelves a España y la pides, el tio de la caja te mira con cara de: "me estás tomando el pelo?" para a continuación escupirte en la otra hamburguesa que te hayas pedido. Un largo viaje de vuelta hasta Charleroi para dejar a Xusso, dormir un par de horillas y despedirnos de Manolito y traerme a Pabul de ocupa un par de días a la residencia (a pesar de que el pobre no pudo dormir porque ciertas borrachas no dejaron de aporrear la puerta y amenazarle para que dejase de esconderme.


Me parece que le he dedicado mucho tiempo al viaje, así que ahora toca hablar de los nuevos sistemas de vigilancia de la residencia. Se ve que se han dado cuenta que las fichas de la entrada no era bastante para controlarnos, de hecho raro es el día que las cambiamos al salir. Los cambios introducidos consisten en tres cámaras colocadas estratégicamente en puntos clave: la entrada, el garaje y la cocina. Así que ya no podemos movernos libremente sin que nuestras acciones vandálicas sean registradas. Encima tienen micrófonos así que también se graba todo lo que decimos. Con la tonteria hemos convertido la residencia en un Gran Erasmus, a la primera semana hicimos una gala y salieron nominados el vasco, la vasca y la austrohúngara. Al final acabamos echando a la austrohúngara por hacer cochinadas en el jacuzzi.



Tenía esta entrada pendiente desde hace mucho así que disculpas por explayarme tanto, a ver si con las próximas entradas me dosifico un poco más ya que tiene que ser un coñazo leer todo esto. No pienso adelantar nada de lo que voy a hablar porque, sinceramente, aun no me he parado a pensarlo, aunque puede que vaya dedicado a las fiestas más significativas, lugares donde salir en Bruselas y los peligrosos viajes en bici.

lunes, 14 de marzo de 2011

Retorno a Hasselt, que no Hansala

Ajá, cuando todo el mundo estaba convencido de que me había quedado en casa por Navidad vuelvo aquí para contar mis aventuras por Hasselt. Volví el 10 de enero y desde entonces no he hecho más que estar estudiando como un descosido, de ahí viene mi ausencia de entradas en el blog, vale, no cuela.

La vuelta a Hasselt fue de lo más normal, tras el paréntesis navideño no había pasado gran cosa por aquí. Las nevadas se quedaron atrás y desde entonces sólo heló un par de días. Las clases seguían como siempre y la fiesta pues no podía faltar. Antiguos inquilinos de Studho partieron hacia sus tierras, ya fueran de Finlandia, Austria, Barcelona o China (sí, desgraciadamente los chinos volvieron a  su querida república natal, se acabó el misterio!). Las bajas tardaron un poco en suplirse, se puede decir que estuvimos prácticamente quince días en una residencia fantasma, por no estar no estaba ni el tio de las luces.

Poco a poco las habitaciones se volvieron a llenar con nacionalidades nuevas: Grecia, Portugal, y Escocia entre otras. También hubo una nueva oleada de gente patria, que para mi sorpresa ya sabía de la existencia de este blog. Y lo que más me sorprende es que contra todo pronóstico parece que les sirvió de utilidad, se trajeron un par de frenos extra para la bici y palillos chinos para comer. Creo que por lo demás fue contraproducente, de hecho estuvieron a punto de renunciar a sus becas por mis palabras.

Los meses de enero y febrero se mantuvieron en la tónica habitual, me paseaba por clase, me descargaba películas y luego vagaba por la residencia en busca de algo que hacer. Le dediqué un par de horas a cada examen y voilà! tooooodas suspendidas. En realidad aún no se nada de los resultados, en cuanto sepa algo de las notas haré comentarios al respecto, no muy detallados que ese tipo de información puede ser usada en mi contra en cualquier momento.

En marzo llegó la novedad, visita de los chumachos y viaje a Gelsenkirchen! y regreso a 1984. Pero eso ya será contado a su debido momento. Todos estos meses de inactividad me han dejado los dedos atrofiados así que por el momento no puedo ofrecer más. Espero que por lo menos con esta entrada me haya ganado el indulto presidencial después de tanto insistir en que volviese a las andanzas.

Como no se me ocurría ningún video o foto que añadir, esta vez utilizo el comodín y recurro a mis queridos Pyton:


martes, 30 de noviembre de 2010

Let It Snow

Como dice la canción de La Voz, ya está nevando!

Empezó como una tontería y poco a poco ha ido cuajando hasta cubrir todo por un manto blanco. Por lo que comenta la gente no va a durar mucho, dos semanas de nieve y luego ya un frio digno de cuando el grajo vuela bajo. Para que la gente se haga una idea de cómo es Hasselt en esta época del año remito el siguiente video. Sobra decir que yo sería ese Jack Skelleton pero con menos estatura y un poco más de kilos (bueno, yo nunca llevaría paraguas, pero por todo lo demás, clavadito).


Ayer hice un descubrimiento bastante curioso y sorprendente. Dejamos las bicis en un párking de bicis, entonces apareció el controlador de bicis y nos puso un etiqueta para identificar la bici. A la vuelta nos pidió el papel para comprobar que las bicis eran nuestras, después procedió a limpiarnos la nieve del sillín y del manillar para que pudiesemos proseguir nuestro camino. Me sigue asombrando que donde allí hay gorrillas aquí hay trabajadores municipales con una sonrisa en la cara.

El fin de semana estuvimos de visita turística en Lieja. Una ciudad que es famosa por tener el más alto porcentaje de criminalidad del país, pero no nos pasó nada. Realizamos una breve visita por la tarde a dos puntos claves de la ciudad, la catedral y la escaleras de la Montaña de Bueren. Estas escaleras, que aparecen en la siguiente imagen, tienen 374 escalones y se construyeron en honor de los defensores de la ciudad contra el Duque de Borgoña. La conclusión a la que yo llego es la siguiente, si los pobres hombres murieron defendiendo tu ciudad, lo mínimo que puedes hacer es ponerles una estatua o darles un día de fiesta local, pero no! les tenían que construir unas escaleras para que la gente se acordase de ellos toda su vida. La otra refelxión fue, y por qué no se construyeron las escaleras antes de la batalla, porque seguro que si el enemigo las tiene que subir se habrían ahorrado muchas vidas humanas. Conclusión, que el cartero lo debe pasar mal si tiene que subir y bajar todos los días, a estas alturas debe tener más gemelos que Roberto Carlos.



El viaje concluyó a las 7 de la mañana del día siguiente cuando cogimos el tren de vuelta a Hasselt después de realizar una visita por los bares locales. Otro punto a destacar de la ciudad es la estación de tren, diseñada por el arquitecto Santiago Calatrava. Por un momento sentí que había vuelto a Valencia, era una mezcla de la estación de la Alameda combinada con la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Lo que ha quedado claro es que Calatrava lleva tiempo reciclando sus diseños, porque la mayoría de sus obras más que ceñirse a un estilo, son simples modificaciones de sus trabajos anteriores.




A partir de hoy tocará desplazarse por la ciudad con los pies, porque con la cantidad de hielo y nieve que hay y mi falta de frenos hay que ser un poco idiota para coger la bici, pero bueno ya me conoceís, acabaré cogiendo la bici.

Pocas novedades más en la ciudad de la navidad, en 21 días ya estaré en España de nuevo, sé que os lo estabais pasando muy bien sin mi, pero ya me toca volver.

jueves, 25 de noviembre de 2010

People are strange

Intento mantener esto actualizado al ritmo de un post por semana, pero se me hace complicado. Los pocos momentos que paso delante del ordenador intento descansar un poco y centrarme más en la ficción, ya que mi filmaffinity se ha visto drásticamente afectado por la experiencia Erasmus, mucho más incluso que el de Wolf. Noticias desde Hasselt: aún no ha nevado pero ya se huele que está cerca, los pocos correos del tzar que han llegado desde Gent/Gante cuentan que allí la nevada ya ha comenzado.

Por aquí las cosas marchan como siempre, ping-pong, comida barata, algún partido de fútbol de vez en cuando, cerveza y mucha fiesta. Ése es mi día a día, que últimamente no baja de las 2 de la mañana aunque sea haciendo el tarado en la residencia. Antes de que alguien que me sé se me eche encima, el nivel universitario sigue más alto que aquella vez que descubrimos el Obscure,  de vez en cuando me paso por la universidad para ver si se quedan con mi cara.

Ya que he empezado a comentar el nivel universitario, a riesgo de sonar prepotente y altanero, aquí son idiotas. Son las personas más cerradas, incompetentes e inútiles que he conocido en mi vida. La imagen que tienen de ellos mismos es una versión mejorada de la eficacia alemana pero hablando Dutch (sí, esto también se aplica a los holandeses), no toleran nada a los demás cuando ellos mismos son los primeros que muestran su ineptitud, desorganización y falta de esfuerzo. No es que esté cabreado, pero es que la mare que els va parir! Si es que hasta la profesora es idiota. La imagen que se tiene de estos países dista mucho de la realidad, y lo peor es que ellos se creen que son tan magníficos como los imaginamos. No me extraña que desde Los viajes de Sullivan estén cinematográficamente hablando más hundidos que Barry Levinson.



Volviendo a la vida en Studho, el método que tiene la dirección de comunicarse con los residentes es vía carteles. Si un día dejas la sartén secándose en la cocina, al día siguiente tendrás un cartel diciendo que no puedes dejar nada ahí. Si aparcas la bici en la entrada, aparecerá un cartel indicando que la guardes en el garaje. Así sucesivamente hasta que Studho se ha visto invadida por carteles. El más gracioso y peculiar es el última, que reza: "It's strictly forbidden to download movies and music" (vamos, que cierre el JDownloader). Para empezar, me da igual, encima de que me tienen aquí sólo falta que me quiten las películas, ¿que es esto?¿la cárcel?. Y por si me dicen algo ya he aprovechado el vacio legal que existe respecto a los programas y las series de teelvisión.

Hay más novedades de la residencia, tenemos un nuevo conserje. El tio más siniestro que he visto en mi vida. Se le puede ver vagando por los pasillos, o te lo puedes encontrar quieto en la escalera, o incluso te espera a que salgas del baño para decirte que apagues la luz cuando ni siquiera te ha dado tiempo a subirte la bragueta. El día que lo vea en la garita con una máquina de escribir o en alguna foto antigua de la fiesta de fin de año de 1920 me acojonaré de verdad.

Los que estabais preocupados por la bici, no lo hagais más! ya he arreglado la dinamo, así que aunque no pueda frenar, consigo ver los obstáculos y que me vean a tiempo.

 Para acabar recurriré al gran refranero español: A hinchar castillos!

martes, 16 de noviembre de 2010

Berrinches y bochinches

Acabo de acordarme que aún tengo un blog, se me había pasado por completo, como aquella vez que me dejé el gas abierto toda la semana y luego resultó que teníamos encimera eléctrica. Ya está llegando el invierno a Hasselt, hace un poco más de frio y se nota que está llegando la navidad. Hoy en el autobús he visto que han montado una miniciudad navideña en una plaza y la gente va cantando villancicos por la calle. La entrada de hoy tiene de especial que estoy escribiendo desde la universidad minera de Hohomer, donde para tener unas instalaciones tan pésimas tienen una conexión que me abre las páginas web antes de que haya pensado en abrirlas. Creo que es porque los estudiantes belgas aún no han descubierto que es el JDownloader. Pero tranquilos, ya me encargo yo de ocupar el ancho de banda, no me imaginaba que las películas se podían bajar a 2 MB/s, ya no me cabe nada más en el disco duro.



La bicicleta sigue en un estado óptimo y mi manejo ha mejorado bastante, ya soy capaz de cogerme a las farolas para detenerme en los pasos de cebra. Lo que pasa es que es el único método que tengo, porque la bici está ya para el arrastre, me fallan los frenos delanteros y traseros, y no sé cómo he conseguido hacer que la dinamo no toque la rueda de la bici. Así que resumiendo, voy sin frenos y sin luces, la forma más rápida y discreta de llegar a los sitios, sobre todo si es de noche. Mañana mismo veré si la puedo arreglar.



El clima aquí está mejorando mucho, Hasselt tienes unas propiedades geográficas más extrañas que la isla de Lost o el pueblo de M. Poveda. Ahora mismo son las 13:05 del 16 de noviembre y no he visto el Sol, y no es que esté nublado, es a causa de la niebla que evita que vea más allá de tres pasos, sin querer he pisado a tres belgas y me he tropezado con un carrito de la compra, luego ya queriendo he pisado a otros dos y he derribado tres carritos más. Por no comentar la furia de Dios que sufrimos la semana pasada. Empezó a llover el miércoles y acabó el sábado por la noche, los de la residencia estábamos más desesperados que Jack Torrance y Ricardo Bofill.

De momento no hay mucho más que contar, espero que hayais pillado los chistes proque sino ésto no os habrá hecho ni puta gracia.

viernes, 5 de noviembre de 2010

The Belgian Knight Rises

Tras una semana de relax y de reeler mis antiguos post me ha vuelto el gusanillo de la escritura. La última vez parecía muy desmotivado en cuanto a las cosas que contar, no sé el porqué pero no encontraba nada digno de comentar. Pero como le dijo el melocotón gigante a Jack: las tornas han cambiado. Seguimos con el día a día de Hasselt, para empezar ya tengo cuenta en el banco, lo que va a significar no tener que quedarme otra vez sin dinero ni comida y acabar pidiendo asilo político a los chinos de la tercera planta, que desde que los descubrimos los veo más que a John Turturro.

El sistema bancario de este país, o por lo menos del KBC, es de lo más raro. Nos abren la cuenta gratuitamente, y tenemos la saving account y la compact account, la primera es la de ahorros y la segunda la de la tarjeta proton. El dinero lo tenemos en la saving account, pero no podemos acceder a él, tenemos que realizar una transferencia entre nuestras cuentas y pasarlo a la compact para poder sacar el dinero desde la proton. Esta operación se puede realizar de dos formas diferentes, vía on-line o en le cajero. 

Si nos decantamos por el sistema on-line, sólo diré que hasta los del Area 51 consideran desmesuradas las medidas de seguridad. Accedemos a la web del KBC. Insertamos el número de nuestra tarjeta en una casilla, en esa misma sección tenemos un código de seguridad. Entonces cogemos la tarjeta y la insertamos en un aparato/calculadora que nos dió el banco al abrir la cuenta. En el aparato tenemos que pulsar el botón de acceso, introducir el código que vemos en la web y entonces poner nuestro código PIN. Tras todos estos pasos, el aparato nos dará un código que deberemos introducir en la web y por fin acceder a nuestra información bancaria. Una vez hayamos hecho la transferencia entre nuestras cuentas, tendremos que repetir el proceso para que se nos proporcione otro código que nos permitirá confirmar que deseamos realizar el traspaso de dinero. Si es que el que no acceda ilegalmente a la cuenta de otro es porque no quiere.

Si vas a la opción física, es más fácil pero sigue siendo un coñazo, hay dos cajeros: uno para transferencias y otro para sacar dinero. Tan solo tienes que coger la tarjeta y meter esta en un cajero, realizar la transferencia y sacar el dinero desde el otro cajero (no es que de repente haya obviado los acentos de "solo" y "esta", es que acabo de leer en El País que los de la RAE han decidio eliminarnos, así será más fácil escribir y total, pa q ncesitamos los acntos? se ve que han decidido usar los asientos para rascárselos bien, porque para otra cosa no lo veo yo. El día que escuche "amo al Gran Hermano" estaremos bien jodidos).

La compra, os dije que se hacía en el Spar Express, mentí como un bellaco, o como una bellota, ahora que se cuenta con medio de transporte de dos ruedas podemos ir al Aldi que está a 5 minutos desde Studho. Es más barato, más bonito y por 10 euros puedes tener la compra semanal. Justo al lado se puede encontrar una sucursal del KBC, lo que pasa que no pude entrar porque me había dejado el libro de familia y la muestra de orina en la residencia, así que no me dejaron sacar más dinero. Como menos que la familia de John Goodman en el día de acción de gracias (es curioso que ya es la segunda vez que lo nombro en este blog), el pescado y la carne están por las nubes, así que volvemos a la dieta del estudiante de toda la vida: paquetes de pasta por 32 céntimos, huevos por 89 céntimos, pizzas y lasañas por 1 eur. Aunque ya nos hemos organizado un calendario culinario y un día a la semana compramos pescado congelado y lo hacemos ese mismo día, luego está el día de la carne. La fruta si que está a buen precio, así que un par de manzanas no faltan.  



El nivel cinematográfico se ha visto reducido drásticamente, el tiempo que dedico al audivosiual se divide básicamente en raciones individuales de 20 minutos para How I Met Your Mother (la temporada más floja desde que Charlie Seen decidió no beber par actuar en Dos hombres y Medio) y de 1 hora para Boardwalk Empire (el hombre que nació viejo por fin tiene el protagonismo que se merece). Aunque tengo el disco duro saturado de Psycho, Wild Bunch (será la próxima que vea), Jackie Brown y Sunrise entre otras.

Me reservo cosas para la próxima entrada que no tardará mucho en llegar, ya he aprendido a hacer piruetas con la bici y he mejorado mis técnicas en el ping-pong. Sí, de vez en cuando también voy a clase.



Esto es lo que puedes encontrar al entrar en unas galerías comerciales que hay en Hasselt, creo que Tim Burton describiría esto como su visión del infierno.



Sí, Nolan ya ha puesto el título y se ha abierto el eterno debate, yo me inclino, me parece malísimo, tuvo los huevos de quitar la palabra de Batman del título de una película tan comercial y ahora hace esto? Tiene suerte que junto a Fincher se ha ganado una gran reputación y dentro de años serán de los más grandes (y eso que van a muy buen ritmo). Sí, ya sé que este párrafo no viene a cuento, pero ahora no tengo muchas oportunidades de hablar de cine.